El hidrógeno como el vector de futuro

El hidrógeno es el elemento más común en el Universo, pues se encuentra en un 75 %. En la Tierra, aunque no aparezca en estado libre y aislado, conforma el 70 % de los organismos y de la superficie de la misma. Fue descubierto en 1776 por Henry Cavendish, quien presentó un experimento consistente en producir agua a partir de oxígeno e hidrógeno mediante electricidad. Pero no fue hasta 1920 cuando apareció la primera compañía que disoció por medio de la electrolisis el agua en oxígeno e hidrógeno con fines comerciales. Tanto en esa década como en los años 30 del siglo pasado, el hidrógeno se empleó como combustible secundario en la aviación civil, como alternativa a una mezcla de gasolina y benceno. Posteriormente, los ingleses y alemanes habían de utilizarlo de forma misma como combustible pero de una manera experimental en la búsqueda de submarinos y torpedos más silenciosos.

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En la actualidad, se emplea principalmente en la industria química como materia prima para la obtención de productos como fertilizantes y también para elaborar polipropileno (que es una especie de plástico, como lo que se emplea en las bobinas que contienen los cedés) o como refrigerante en motores. Las propuestas que habían surgido en los años 20 sobre la utilización de hidrógeno como combustible no fueron retomadas hasta 1973, cuando sucedió la crisis del petróleo. En ese año se formaron grupos y asociaciones que defendían su uso y que lograron que los gobiernos invirtieran en este campo de investigación. Una vez superada la crisis del petróleo volvió a olvidarse la posibilidad de una nueva fuente de energía hasta los años 90 (del siglo pasado), cuando proliferaron los informes científicos que alertaban del rápido aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera a consecuencia de la quema de combustibles fósiles.

En febrero de 1999, Islandia se destacó con una propuesta para dirigir su economía hacia el hidrógeno y eliminar así su dependencia de los combustibles fósiles. Comenzaría con la utilización en los medios de transporte del hidrógeno, y posteriormente se generaría electricidad para el abastecimiento de fábricas y hogares en el país. En Hawai en el 2001 surgió un plan similar, donde se proponía el aprovechamiento de la energía geotérmica y solar para convertirla en combustible de hidrógeno.